Ir al contenido principal

Fito Paez en Guayaquily los "tarados" y "boludos" en el diario El Comercio


Llegamos temprano, con las luces encendidas del teatro. Nos ubicamos rápido, y enseguida nos pusimos a buscar, como halcones, a algún conocido entre la multitud.

Saludamos con un par que estaban cerca. Otros, en la ahora infame zona de sillas sobre el escenario a ambos lados del piano, recibían instrucciones, muy específicas que obviamente fueron violadas una vez comenzado el show.

Primer anuncio. No se permiten fotos con flash. La gente asiente, comentan entre ellos, les parece bien. Siguen llegando personas, muchas de ellas con credenciales de prensa, y cámaras con flashes solamente un poco más pequeños que aquellos del Hollywood de los cincuenta. No escucharon el primer anuncio.

Segundo anuncio. No se permiten fotos con flash. Llegan más personas. Se apagan las luces.

Sale Fito Paez, no saluda. Nos cuenta que los astros no han sido bondadosos con él, y que la noche pinta mal.  Nos pide que tomemos todas las fotos que queramos, pero que, por favor, no usemos flash. Ni bien había terminado de decir esto, cincuenta fotos le iluminaron la cara.

Fito se sienta al piano. Dispara, "Y dale alegría a mi corazón". Es un disparo a la sensibilidad del público, y un poco es un disparo en la propia sien.

La gente enloquece, gritan, interrumpen. Fito no se desanima. Intenta contar una historia. No lo dejan. Fito los insulta, los riduculiza. No funcionó.

Fito sigue disparando, con garra, saca adelante el show.

Lo termina en una nota alta, pero no lo suficiente. Sale despavorido del escenario, dejando en un hilo la esperanza del encore.

Sale con más garra, no se va a dejar vencer. Calla a todo el teatro, incluso a los imbéciles. Canta un tema a capella, que fue una joya y una maravilla por el contraste entre el silencio de los idiotas y la voz descarnada de Fito.

Se vuelve a ir.

Regresa con más fuerza, a cerrar el show, ya no importan los idiotas. El show ya fue grandioso, y eso es todo lo que vale.  Nos deja un solo de piano, un cover de Sui Generis, de Pablo Milanés, las historias de sus canciones. Nos deja tanto, a quienes pudimos apreciarlo.

Se encienden las luces. Fito se deja dar cariño. Se acabó ese mundo.

Y, adrede, hemos llegado hasta esta parte del artículo sin conocer la razón de su título. ¿Será para todos en El Comercio? ¿Para el que escribió la crónica? ¿Para el "Guapo de la barra"?

No, a pesar de que creo que El Comercio, al igual que todos los lugares del mundo, tiene su cuota permamente de "tarados" y "boludos", solamente quería darme el gusto de poner un titular tan ambigüo, vulgar y amarillista como el que le pusieron a la crónica de ese diario sobre el concierto de Fito Páez en el Sánchez Aguilar. ¿Ese fue el ángulo que eligieron para contarnos sobre el evento? Creo que para carroñeros, suficiente con los periódicos de media página.

Me cuesta recordar si, cuando Cerati presentó su queridísimo "Bocanada", en el teatro de la Casa de la Cultura, en Quito, y otros "tarados" y "boludos" le corearon "¡Soda, Soda, Soda!" mientras cantaba, al día siguiente hubo titulares destacando a los imbéciles por encima del tremendo show que vivimos.

¡Salud por los idiotas!

Entradas populares de este blog

Capitalismo, innovación y libertad. El resto es cuento

Desde hace un buen tiempo me he topado con varios comentarios haciendo mención a cualquiera de los conceptos del título de manera sesgada y tratando de separar cosas que, evidentemente, no son lo mismo, pero que creo que en conjunto son conceptos poderosos.  Hay una concepción errada del capitalismo como un afán de acumular bienes sin ningún otro motivo que la acumulación en sí misma. Yo diría que el capitalismo ha demostrado ser en su esencia la generación de riqueza con impacto.  El éxito o fracaso de un individuo en este sistema no debería medirse solo por sus activos, sino por el impacto que genera en la creación de valor y bienestar a través de la creatividad y la competencia. Es necesario también tener claro que la riqueza como tal no es solamente el dinero o activos sino es la capacidad de crear bienes y servicios que mejoran la vida de las personas. Por dar un ejemplo, empresas como Tesla, Amazon o OpenAI no son valiosas solo por sus activos (que sí los tienen), sino p...

Si votaran los toros

  Si votaran los toros, seguramente tendrían que estar bien apadrinados, porque como minoría electoral, no tendrían ni la más mínima posibilidad frente a la dictadura de las masas que se ha acurrucado en el Ecuador.  A no ser que, quienes manejan al voto popular, concuerden con ellos o les interese que la posición de los bueyes sea la ganadora. Pero los toros no votan, y nosotros, los que votamos ( obligados ), somos quienes tenemos la responsabilidad de bajarles el pulgar o de aplicar el perdón a estos animales.  O por lo menos eso es lo que parece decir la siguiente pregunta del proyecto de  Consulta para este 2011: 3.- Con la finalidad de evitar la muerte de un animal por simple diversión,  ¿Está usted de acuerdo en prohibir, en su respectiva jurisdicción cantonal, los espectáculos públicos donde se mate animales? Así a quemarropa, hasta la pregunta es necia.  SI, que se prohíban las corridas de todo.  Especialmente las corridas que no me gusta...

Murió Alberto

Fue una de esas tardes frías y tristes. De esas que disfruto, porque tienden al silencio. Esta vez, venía acompañada de una mala noticia.  Se murió Juan Gabriel.  Y dentro de todo, no dejo de pensar que me suena bien, en este caso, decir "se murió". Suena como que fue una decisión. Que fue él quien tuvo ganas de irse. Y que, aunque le da pena, como pasa en sus canciones, igual se fue. No sé cuál de las leyes de la genética puede explicar este lazo que hay con la música de Juan Gabriel, pero es una realidad que, en cualquier lugar en que estemos reunidos un grupo de latinoamericanos, apenas salta una canción de él, la mayoría empezamos a tararear, y la melodía nos invade a nivel celular.  Es la definición de la música popular.  La conocemos sin saber que la conocemos, ni cuánto, ni desde cuándo, ni porqué. Solamente está. Juan Gabriel retrata el sufrimiento y logra darle un aire de triunfo, cosa que mucha gente le critica, pero yo creo que, más allá de perpetu...